CLASE 04


Visita a Malba / Fundación Costantini
NUEVO MONTAJE DE LA COLECCIÓN + PANAMERICANO Beatriz Milhazes.
noviembre 2012


"La selección anterior tenía que ver con el patrimonio fundacional del Malba -eran 220 piezas hoy tenemos 500-, y por eso había llegado el momento de que el guión curatorial se moviera en sentido expansivo, que tuviera que ver con la mayor cantidad de países de América latina y con los diálogos regionales", detalla Pacheco en diálogo con Télam.

Esta nueva puesta presenta al público las experiencias artísticas realizadas en la región desde la aparición de las vanguardias, alrededor de 1910, hasta las últimas tendencias surgidas en la escena internacional a fines del siglo XX.

La museografía actual destaca las piezas capitales del museo, representantes del modernismo regional, que supieron "deglutir" diferentes lenguajes internacionales y fusionarlos con elementos tomados de sus contextos locales y regionales.





Así es como la primera parte de la sala está dedicada a la modernidad: "artistas de la región que estuvieron en contacto con las vanguardias europeas de principio del siglo XX, se nutrieron de esas vanguardias y regresaron a sus países de origen para dar inicio al modernismo".

"El montaje tiene un particular estilo cosmopolita: por un lado ese aire que el espectador reconoce como regional, como propio, sumado a la influencia de estas vanguardias europeas ya digeridas: el cubismo, el surrealismo, el futurismo son versiones propias, elaboradas por estos artistas que han viajado y estudiado allá", agrega el curador.

Es posible observar con claridad los contrapuntos entre los diferentes núcleos de acción de países como Argentina, Uruguay, Brasil, Venezuela, México, Cuba, Colombia y Chile, poniendo en circulación nuevas lecturas y reescrituras del arte latinoamericano.

Además, la exposición presenta "Terraza", la obra de Lino Enea Spilimbergo, adquirida en un remate por Eduardo Costantini en septiembre pasado, que fue vista por última vez en 1965, como parte de una retrospectiva que le dedicó el Museo Nacional de Bellas Artes.





EXPOSICIÓN TEMPORARIA
Panamericano Beatriz Milhazes. Pinturas 1999 - 2012
Del 14 de septiembre al 7 de diciembre. Sala 5 (2º piso)
Inauguración: jueves 13 de septiembre a las 19:00
Curador invitado: Frédéric Paul


Esta exposición forma parte del Mes de Brasil en Argentina, organizado por la Embajada del Brasil en Buenos Aires. 


El próximo jueves 13 de septiembre, Malba – Fundación Costantini inaugura Panamericano. Beatriz Milhazes. Pinturas 1999 - 2012, una selección de cerca de 30 pinturas de la producción reciente de la reconocida artista Beatriz Milhazes (nacida en 1960 en Río de Janeiro, ciudad donde vive y trabaja), además de una intervención escenográfica diseñada especialmente para la galería del segundo piso del museo. Se trata de la primera exposición individual de Milhazes en una institución de América latina -fuera de su país- y está producida íntegramente por Malba.



Curada por el francés Frédéric Paul, la muestra se concentra en los últimos 10 años de taller de la artista y reúne piezas provenientes en su mayoría de colecciones particulares y públicas de Brasil y Estados Unidos, entre las que se incluyen dos obras prestadas por primera vez por el Museo Guggenheim de Nueva York y una del Museu de Arte Moderna de San Pablo. Para el público local será además la ocasión de reubicar en su contexto dos obras importantes de la colección personal de Eduardo F. Costantini: O mágico (2001) y Pierrot e Colombina (2009-10), que abren y cierran esta década notable.

El título de la exposición, Panamericano, muestra el ir y venir entre el Norte y el Sur, entre el nuevo y el viejo Occidente, problemática que está en el centro de las preocupaciones de Milhazes. Exótica fuera de Brasil, tampoco ha dejado de serlo dentro del país que hoy la reconoce como una de sus mayores artistas. “Su trabajo ha tenido que ganar reconocimiento en el extranjero para salir del aislamiento en el que la artista, como pintora adepta a los colores desprejuiciados, se sentía confinada en su país. En efecto, nadie había pintado como ella en Brasil, donde para los ojos desprevenidos resultaba demasiado familiar y, para los otros, no del todo asimilable al molde modernista nacional, a pesar de que una de las grandes virtudes de su trabajo es justamente fusionar las fuentes populares con la lección de Matisse y Mondrian”, sostiene el curador Frédéric Paul.

Catálogo
En ocasión de la muestra, Malba editó un catálogo bilingüe español-inglés de 124 páginas, primera publicación de referencia en español sobre una exposición antológica de Beatriz Milhazes.

El libro incluye el ensayo “Beatriz Milhazes, o la ventaja de no salir nunca del laberinto en pintura”, del curador Frédéric Paul; y la reedición y primera traducción al español de dos textos clave sobre la artista: “Beatriz Milhazes. El baúl brasilero”, del crítico y curador Paulo Herkenhoff, publicado por primera vez en 2001 en ocasión de su exposición en la Ikon Gallery (Inglaterra) y en el Birmingham Museum of Art (Estados Unidos); y una entrevista con el diseñador de modas Christian Lacroix, publicada originalmente en Beatriz Milhazes/Avenida Brasil (Frédéric Paul ed., Domaine de Kerguéhennecc, Centre d'art contemporain, 2004.). El catálogo incluye también una sección completa con la reproducción color de las obras en sala y una biografía de la artista

Método de trabajo 
En 1989, Beatriz Milhazes pone a punto una técnica de prórrogas sucesivas, cercana a la calcomanía, en la que cada motivo y capa de color intervienen de modo separado, para conferirles a los cuadros su estructura, su sintaxis y su vibración particular. “Son trasladados a la tela por collages sucesivos de fragmentos pintados con anterioridad sobre hojas de plástico transparente, que la artista ubica y ensambla con extrema precisión antes de fijarlos definitivamente a la totalidad en expansión que el cuadro representa”, explica el curador.

Ese proceso, extremadamente lento y poco visible, resulta de gran ayuda para apreciar su obra.“Es necesario conservar esa lentitud en mente cuando uno está frente a un cuadro de Milhazes”, agrega.

Entre 1999 y 2012, Milhazes multiplica sus experiencias con otros modos de expresión: serigrafías desde 1996, libros de artista desde 2002, collages desde 2003, encargos arquitectónicos desde 2004 y realizaciones tridimensionales desde 2010, tomadas de las escenografías que comenzó a realizar en 1994 para la compañía de danzas de Márcia Milhazes, su hermana.

“Hasta 1996, yo era exclusivamente una pintora, y la pintura permanece en el centro de mi arte; pero no puedo pintar todo el tiempo. Necesito tomarme descansos, aunque nunca me gusta dejar de pintar del todo”, dice ella en una conversación con el músico Arto Lindsay. Para poder aprehender las consecuencias de esa intermitencia, la exposición se concentra justamente en las pinturas.

Una pintora abstracta 
Milhazes se considera a sí misma una pintora abstracta. “Múltiples elementos figurativos entran en los cuadros de Beatriz Milhazes, pero aparecen neutralizados en la relación con lo real que les ha servido de modelo. Las flores son motivos de flores, las frutas son motivos de frutas. Esa reducción a su forma general y la evacuación de su sustancia son, sin dudas, las que le permiten que el cuadro abstracto coopere con otras formas provenientes de la doxa decorativa”, analiza Frédéric Paul y agrega: “Su audacia para ahondar en registros censurados le otorga mayor pertinencia y singularidad a su camino: lo decorativo no sería suficiente para desacreditarla, le agrega exotismo”. En sus obras, Milhazes se atreve a citar el carnaval y el cotillón que lo acompaña, su amor por la bossa nova y las canciones de amor, entre otras referencias.

Para el crítico brasileño Paulo Herkenhoff “La lógica en Milhazes se construye sobre orígenes heterogéneos del color, asumiendo como matrices lo fragmentado y lo parcial, lo concreto, lo neoconcreto y lo antropológico: lo carioca, lo brasilero y lo internacional”. Sus formas y colores no tienen valor discursivo en su proceso de significación.“Finalmente, al celebrar su condición de materia, o sea, la realización pictórica del color, la pintura de Milhazes alcanza el universo de la música”, afirma Herkenhoff.

Para el curador de la exposición la pintura de Milhazes prescinde insolentemente de comentarios. “Tal vez sea por eso que deleita a los amateurs e irrita a quienes les resulta demasiado alegre, demasiado oprimente, demasiado colorida, demasiado visual, o demasiado… ¡pictórica! Pero la experiencia que procura puede merecer ser contada para mostrar a la vez su simpleza y su infinita complejidad”, concluye Frédéric Paul. La selección de cerca de 30 cuadros hace de Panamericano. Beatriz Milhazes. Pinturas 1999-2012 una de las exposiciones más importantes de la artista a la fecha.


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Visitamos y analizamos la muestra ´VÍCTOR GRIPPO. Homenaje´ en Malba / 
Fundación Costantini
octubre 2012

EXPOSICIÓN TEMPORARIA Víctor Grippo. Homenaje 
Del 27 de julio al 22 de octubre. Sala 3 (1º piso) 

La comida del artista
(Puerta amplia. Mesa estrecha)
1991.
A diez años del fallecimiento de Víctor Grippo (1936- 2002), Malba - Fundación Costantini recuerda con una exposición homenaje a uno de los más grandes artistas argentinos, reconocido hoy internacionalmente como uno de los creadores más originales y significativos de la historia del arte contemporáneo del siglo XX. 


A través de un recorte puntual de su producción, la exposición propone un recorrido por la faceta más utópica de Grippo, su concepción del artista como agente de transformación social. Grippo eligió el arte no como una actividad, sino como una forma de vida. Ese estado interior le proporcionó una cosmovisión y una libertad desde donde conmover y transformar todo a su alrededor. Fue un artista apasionado con la realidad social, de gran compromiso ético, por eso el eje de esta muestra es el proceso y la transformación del hombre en la fundación de comunidad. 

Este universo de Grippo está presente en una selección de 20 obras antológicas, con objetos, instalaciones, obras en proceso, cajas y ambientaciones reconstruidas especialmente para esta exposición. Se destacan las obras históricas Todo en marcha (Índice del movimiento general de los seres y las cosas) (1973), Algunos oficios (1976), Naturalizar al hombre, humanizar a la naturaleza (1977), La papa dora la papa, la conciencia ilumina la conciencia (1978) y la mesa de la ambientación La intimidad de la luz en St. Ives. De un lado y del otro, construida en 1997 en la Tate Gallery de St. Ives, en Inglaterra. También sus célebres series Cercando la luce, Anónimos y las piezas Vida, Muerte, Resurrección (1980) y La comida del artista (1991), de la colección de Malba. 

La forma y el contenido de su obra se constituyen a partir de varios campos de interés: la química, la literatura, la música, la filosofía, la alquimia -a través del valor central que le otorga a la transformación de materiales, objetos e imágenes-, y el gusto por los paradigmas de la ciencia. 

Anónimos.
1998 - 2001
“En cada entrega de símbolos Grippo ponía en el universo un rastro de sentido, una huella, una pregunta. Procesos cifrados en objetos domésticos o en series alquímicas o en la mesa del carpintero. Interesado en los procesos, se sabía constructor de sistemas, estructuras y juegos de tiempos, y trayectorias de emociones estéticas y de pensamiento que curvaban el espacio y se deslizaban sobre la materia, ampliando nuestros cuerpos, nuestros sentidos, nuestras conciencias”, escribe Marcelo Pacheco, curador en jefe de Malba, en el texto introductorio del catálogo editado especialmente para la ocasión. La publicación, de 86 páginas, cuenta también con un ensayo de Adriana Lauria, una biografía del artista y la reproducción color de las obras representadas en la exposición. 

En palabras de Pacheco: “Paso a paso, Grippo envuelto en los ensueños y los desencuentros de su Buenos Aires, se preparaba para el acto mítico de fundar una comunidad que hiciera de la Argentina una tierra de cosechas y de afectos, de lazos amorosos y de convivencias en libertad, lejos de sus luchas y de sus impulsos por domesticar lo diferente, lo desconocido, lo inadecuado. Grippo tenía fe en la redención, creía en un nuevo origen donde los habitantes del fin del mundo, rodeados de la mayor de las violencias, pudieran sentirse maravillados frente a la generosidad de la tierra y, juntos, vieran la potencia de la naturaleza haciendo explotar la perfección de cuerpos geométricos sellados”, reflexiona. 

Una retrospectiva 
Algunos oficios.
1976
En 2004 Malba organizó Víctor Grippo. Una retrospectiva. Obras 1971–2001, una de las exposiciones más completas dedicadas al artista, curada por Marcelo E. Pacheco, curador en jefe de Malba, que abarcó obras desde 1971 hasta 2001, con un total de 85 piezas. Esta retrospectiva significó un claro reconocimiento al artista en su país y también en el exterior, ya que la exposición se presentó al año siguiente en Estados Unidos, en el Miami Art Center (MAC). En aquella ocasión Malba también editó un catálogo que se convirtió en la publicación de referencia del artista, con un vasto repertorio documental de imágenes de sus obras. 

A casi ya diez años de su gran retrospectiva en Malba, y gracias a la generosidad de Nidia Olmos de Grippo, esta exposición servirá una vez más para confirmar la dimensión de Grippo en la escena local, regional e internacional, tanto para el público de entonces como para una nueva generación de jóvenes que tal vez no haya tenido oportunidad de acercarse todavía a sus obras. 


Víctor Grippo
c. 1971
CV 

Víctor Grippo 

Hijo de inmigrantes italianos, Víctor Grippo nació en Junín, Provincia de Buenos Aires, en 1936. Cursó estudios de química en la Universidad Nacional de La Plata y asistió a los seminarios de Héctor Cartier en la Escuela Superior de Bellas Artes. Realizó su primera exposición individual en Buenos Aires, en la Galería Lirolay en 1966. 

Desde 1970 integró el Grupo CAYC (Centro de Arte y Comunicación) y comenzó su serie Analogías con obras que trabajan oposiciones tradicionales como arte-ciencia, naturaleza-cultura y real-artificial. En 1972, en el marco de la exposición Arte e ideología, realizó su intervención pública Construcción de un horno popular para hacer pan en la Plaza Roberto Arlt, en colaboración con Jorge Gamarra, artista, y A. Rossi, trabajador rural, poniendo en evidencia los procesos básicos de cooperación, producción y alimentación y reflexionando sobre la dualidad ciudad-campo. Sus obras de aquellos años se relacionan con el arte conceptual y recurren a materiales orgánicos, como la papa y el pan, y a utensilios cotidianos como mesas, sillas, platos y cubiertos. Obras paradigmáticas de los setenta incluyen Analogía I (1970 y 1977), Analogía IV (1972), Algunos oficios (1976), Valijita de Panadero (1977), Tabla (1978). 
En 1980 presentó Vida, Muerte, Resurrección, una germinación de porotos que destruye los recipientes de plomo sellado que la contienen. En 1989 inauguró su serie de maquetas blancas Cercando la luce y, en 1991, expuso su instalación La comida del artista en el Instituto de Cooperación Iberoamericana de Buenos Aires (ICI). Durante los años ochentas y noventas, construyó una serie de valijitas y cajas poniendo en relación materiales como plomo, rosas, yeso, niveles y plomadas. 
Entre sus exposiciones individuales podemos citar las realizadas en Galería Artemúltiple, Buenos Aires (1976, 1980); Gabinete de Arte Raquel Arnaud, São Paulo (1984); la Fundación San Telmo, Buenos Aires (1988); Fawbush Projects, Nueva York (1991); Museo de Arte Contemporáneo Carrillo Gil, México D.F. (1994); su retrospectiva en la Ikon Gallery de Birmingham y en el Palais des Beaux-Arts de Bruselas (1995); y Ruth Benzacar Galería de Arte, Buenos Aires (2001). De sus numerosas participaciones en exposiciones colectivas mencionemos Arte de sistemas I, Museo de Arte Moderno, Buenos Aires (1971), Grupo CAYC, Museu de Arte Moderna do Rio de Janeiro (1978); las bienales de París (1969), San Pablo (1977, 1979, 1991, 1998), Tokio (1980), Venecia (1986) y La Habana (1991, 1994) y la Documenta Kassel (2002). 
Entre las más recientes muestras, se destacan: Transcontinental: Nine Latin American Artists, Ikon Gallery, Birmingham (1990); Latin American Artists of the Twentieth Century, The Museum of Modern Art, Nueva York (1993); Art from Argentina 1920-1994, The Museum of Modern Art, Oxford (1994); Out of Actions: Between Performance and the Object 1949-1979, The Museum of Contemporary Art, Los Angeles (1998); Cantos Paralelos: Visual Parody in Contemporary Argentinean Art, Jack S. Blanton Museum of Art, University of Texas at Austin (1999); Global Conceptualism: Points of Origin 1950s – 1980s, Queens Museum of Art, Nueva York (1999); Arte en Acción, Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (1999); Arte y Política en los ‘60, Palais de Glace, Buenos Aires (2002). Murió en Buenos Aires en febrero de 2002. 


Actividades relacionadas con la exposición 

Visitas guiadas 
Miércoles, viernes y domingos a las 17:30 

CONFERENCIA 
Huella y Memoria en la obra de Víctor Grippo: muerte y vida del objeto 
A cargo del Dr. Claudio Ongaro Haelterman 
Lunes 6 de agosto, a las 18:30. Auditorio. Entrada gratuita. 

Las operaciones artísticas de Víctor Grippo nos ponen delante de las grandes paradojas del arte: las relaciones entre el artista y los objetos en el marco de las utopías. Implicancias cuyas extracciones van desde la alquimia y la ciencia, hasta la literatura y la filosofía, ofreciendo el contexto para pensar la “socialización de la memoria”. Entre la “naturaleza y la cultura”, entre la “representación y la transformación”, Grippo da cabida al encuentro de una poética, una palabra y sus discursividades con los grandes temas “vida-muerte-combate”. 

Socios corporativos 
Citi | Manlab | Consultatio 

Auspiciante 
Consultatio Inversora 

Medios asociados 
La Nación | Telefé 

Con el apoyo de 
Knauf | Escorihuela Gascón 







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